Hace unos días falleció una de las más grandes sopranos españolas, Ana María Sánchez, tuve la gran suerte de conocerla.
Ella fue víctima de una de las más estúpidas modas de la ópera: los directores de escena. Yo era directora de ópera, pero como le dije a Ana María «soy de las que ama a los cantantes y soy fiel a la partitura.» Os preguntaréis por qué le dije eso.
Ana María murió de cáncer después de luchar años, estuvo alejada de los escenarios pero trabajando como maestra de canto. Le conocí en esa época que volvía a cantar después de operarse del estómago, porque quería adelagazar ya que los directores querían sopranos «modelos», o sea delgadas y ágiles, pero por supuesto, les daba igual la voz. Ella fue humillada por su peso, su físico enorme. Aunque no dejó nunca que lo hicieran con ella, tenía mucho sentido del humor, pero se cansó de la vulgaridad y mediocridad del medio. Porque los teatros tienen alguien por encima de los directores de escena que pueden evitar que avance esta discriminación y por encima esté la magia de la voz y respeto por el repertorio. Es más, para cantar ciertos repertorios de ópera se necesita ese cuerpo. La historia os dará razón. No han existido delgaduchos mientras se ha respetado la manera correcta de cantar. Por supuesto, para algunos roles y cierto tipo de repertorio, sí los cantantes han mantenido un físico «normal», pero la voz necesita «cuerpo».
Ana María no solo era cantante, sino que era filóloga y profesora, empezó su carrera de cantante ya en edad madura. Hoy en día no hubiera ni podido presentarse a un concurso o master class. Tanta es la «moda» de poner tope a la edad que se ha vuelto un requisito….estúpido.
Con lo poco que os digo, podéis comprender la indignación de muchos cuando se pierden grandes e importantes cantantes por razones ilógicas que se desarrollan en enfermedad. Esta mujer además de culta e inteligente, era alegre, positiva, amigable, cero diva (y le da mil vueltas a las que hoy se creen divas), comprometida con la enseñanza, abierta a todo y más a los cambios. Cuando tienes una vocación y una carrera que son tu vida misma, es difícil comprender por qué algo tan ilógico te mata. Por mucho que luches, por mucho que estés rodeado de tus familiares, sentirte alejado de donde perteneces puede apagarte la vida. Porque cantar es vida. El teatro mismo es una expresión del alma. Todos los que tienen la vocación del teatro no pueden estar alejados, necesitan vivir el escenario. Esto es incomprensible sino lo vives.
Ana María vivió durante el cambio de la extravagante moda de dar a los directores el poder de decidir quién canta y quién no, según la idea de puesta en escena sin respetar mínimamente la voz y el cantante. Pero también esta moda hoy en día sigue para acabarse, porque no hay más ideas nuevas. Tenemos directorillos jóvenes trabajando en grandes teatros, sacando fuera de contexto las obras sin darle poesía, inteligencia, aspectos o puntos de vista distintos a lo ya hecho, más bien desarrollan una profunda mediocridad.
Por ejemplo, mientras que Tosca canta Vissi d’arte, al directorillo se le ocurre que le haga a una felación a uno que le ponen delante. Lógicamente, no de verdad, pero la idea es que te creas que es verdad. Y eso genera expectación, mientras que justo eso, que ni el mismo compositor lo hubiera aceptado por la inmensa falta de genialidad, debería ser la razón para sacarle del teatro a que aprenda teatro puro y duro (para empezar no le deberían ni de contratar por las ideas escasas). Esta moda sin respeto alguno por la obra, cantantes, público y uno mismo por creerse un genio, es la decadencia de una época que termina con toda arte. Hemos tenido grandes directores en la historia que han inventado y desarrollado el teatro, genios, y ninguno tuvo que recurrir a la mediocridad, vulgaridad y falta de respeto. Ah, para empezar no copiaron las modas de la puesta, sino que crearon nuevos conceptos que otros copiaron hasta el cansancio!
La moda de la ópera cada vez interesa menos, aburre más, pero el poder puede sobre el talento de otros y la oportunidad de trabajar de muchos desde la poesía y belleza. La repetición de más de lo mismo, por falta de genialidad y demasiado intelecto, acaba con muchas personas, entre ellas Ana María. Se queda esa moda (y dentro esas personas que perduran en esa categoría irrespetuosa y soberbia), perdemos lo más importante, grandes personas que cambian el mundo y llenan nuestros corazones con la música. Un cantante tiene que hacer lo que el director le dice, le guste o no. Hay que tener ya carrera suficiente para oponerse, pero eso significa que tú como cantante sales de la producción. Así de mal funciona…. el resto de cantantes, por supuesto, aunque molestos, acepta la dirección con tal de trabajar. Pocos, muy pocos directores rompen las modas y da gusto trabajar en ideas novedosas, como ir de espectador y gozarse la ópera. Sales renovado.
A mí me pasó algo parecido, no quise entrar en el juego mediocre, sino mantenerme fiel a la pureza y belleza. Tuve mis años oscuros y me alejé también dejando una carrera de más de dos décadas y muchos sacrificios. Me hice una vida nueva y soy inmensamente feliz. Echo de menos ver un espectáculo inteligente, con belleza, y sobre todo, escuchar cantantes de nivel. Ana María creyó en mí cuando fui a presentarle mi proyecto de Cre@ctivando, hizo el curso y además me pidió que lo diera en sus master clases. Esos años fueron preciosos. De ella aprendí mucho, pero el regalo fue conocerla, verla enseñar y cantar!
De lo que estoy totalmente convencida y segura, es que nos quedamos con su voz y enseñanzas. No creo que ciertas puestas y personas pasen a la posteridad, ya que siempre sobrevive el arte.
El tema de la moda es así para todo el resto. La moda anula la autenticidad del ser.
Mirad la moda en los años, los maquillajes, la ropa, la música, los coches, los eventos, etc etc etc
La moda es un negocio para que las masas sean iguales, para hacerte sentir integrado porque eres igual que el otro. El problema es cuando no te pintas el pelo o las cejas igual, o te peinas o te vistes, te pones los zapatos de turno o hablas con el lenguaje de moda o usas las apps de moda para que te vean. Vale también para la política o lo que sea. Porque ser auténtico requiere de un poder personal enorme. No pertenecer a la mediocridad es comprender que somos poderosos siendo únicos, auténticos y viviendo nuestra verdad.
Incluso la moda del canto termina por anular tu manera de expresar tu verdad y sentimientos. Como digo a mis alumnos…. eres cantante o eres un loro que repite de memoria todo? Empieza por sentir cómo expresas eso que dices y escuchas.
¿Dónde está el criterio de cada uno con respecto a la propia vida y gustos? ahí se ve el nivel evolutivo de cada persona.
Piénsalo bien, porque si te acostumbras a integrar la moda en ti, anulas tu esencia. Y digo moda para todo aquello que usas para pertenecer a un grupo, movimiento o ideología y se aparta de lo que realmente eres.
Conozco personas que tienen su propia moda de ropa, y eso les hace más que auténticos porque, te guste o no, la base es la belleza y creatividad. Conozco cantantes que tienen su estilo y salen a la luz después de luchar por cantar como sienten, sin copiar la moda de turno. Hay muchas personas ahí fuera auténticas y geniales, aunque en la sombra, invisibles o consideradas raritas. No dejéis que las modas anulen vuestra esencia, autenticidad, veracidad y libertad de expresión. Porque estar de moda, aceptar la moda, es volverse invisible completamente. Es el juego mental de la ilusión que termina por confundirte.
Ojalá fuera una moda ser libre, respetuoso, auténtico, genial, creativo, único. Porque cuando, por ejemplo en mi caso, digo: este método es mío, lo he creado yo y no lo he copiado de nadie, debería ser normal, no algo raro y por tanto, extraño.
La evolución es justo avanzar, crear, no repetirse en un loop que baja la vibración a la mediocridad y que ésta se considere lo mejor. Acostumbrarse es anularse, es morir estando vivo. Creo que vivimos en una especie de medioevo moderno. Una oscuridad aplastante del individuo. Evolucionar está en nuestro ADN. Tengo esperanzas que un día llegue una generación (creo que están naciendo ahora) que devuelvan la luz creativa en este planeta. Parte de ese amanecer somos nosotros, manteniendo los valores más importantes para que sean semilla de transmutación. Piénsalo. ¿Qué aportas con tu vida en la evolución de tu alma, tu vida y la humanidad?
Me llena de dolor la partida de Ana María, pero hay muchos más dentro de esta injusticia. Mira a tu alrededor, esa inmensidad que nos rodea y se ha apoderado de tantas personas, ¿te domina?
Vive desde tu libertad, autenticidad, veracidad, genialidad, honrando ser un ser de luz maravilloso que ya de por si, no necesita anularse para ser parte de una sociedad enferma. Justo ser luz sana las injusticias y la mediocridad. Tener el poder dentro de ti, te muestra los caminos de la vida plena y llena de oportunidades para surgir, florecer y brillar.
Este tema es tabú hoy en día. Y no debería.
Ana Maria, preciosa alma llena de canto, dulzura y sensibilidad. Se fue de vuelta a casa, dejándonos un legado musical enorme, lleno de pasión y calidad. Me llevo en mi alma tu simpatía, las risas, tu voz, tu sabiduría y anécdotas del mundillo, pero sobre todo tu confiar en mí para enseñar a tus alumnos. Gracias por tu arte y por haber dado tanto a la música y a los jóvenes cantantes.
Siempre en mi corazón. Siempre siempre.
Te vas tan pronto y tanto por hacer. Tanto…
Aunque se que la muerte es una ilusión, que estarás radiante, duele tu partida. Abrazo a Pepe y Miguel Angel con todo mi corazón.
Te hiciste amar por todos, generosa, sencilla, transparente. Adorada.