Cuanto más pasa el tiempo, más simple se vuelve ayudar a sanar. En el tiempo está la experiencia, y ese camino, es lo que ayuda a percibir la simplicidad de las cosas en su plena eficacia.
Ayudar a sanar no es fácil, no se aprende en un curso, ni en dos, ni en 4 años de universidad. Se aprende en la práctica de la experiencia propia, la observación, la oración, el error, y sobre todo, la entrega a la energía Divina.
Y sanarse es, simplemente, entregarse y aliviarse de saber que no estás sola. ¿Qué es el ALIVIO?: cuando sabes que alguien te escucha y te entregas para que te ayuden, confías, aprendes a mirarte un momento con los ojos del otro y ves la luz y amor que eres. Recuerdas que se puede «hacerlo mal» y no es para tanto. Recuerdas que existen muchas oportunidades para volver y volver a intentarlo de nuevo. Alivio es saber que puedes volver a unir todos los pedazos de alma fragmentada, que puedes descubrir tu lado oscuro e iluminarlo. Alivio es confiar que desde el lado invisible hay espíritus de luz que te guían y acompañan en este camino de recuperar tu poder y equilibrio. Alivio es saber que hay una luz al fondo y está amaneciendo para ti, otra vez. Alivio es recuperar la esperanza, la fe.
El camino de la sanación se volvió complicado cuando desde nuestro lado oscuro y limitado quisimos defendernos para que el sentido y lógica mental a nuestros problemas nos dieran la «razón» y justificara las «razones» que nos enfermaron o nos sacaron de nuestro centro. Se volvió difícil e incomprensible cuando las medicinas y los médicos no lograban escuchar la voz de nuestra desconexión con la vida y no nos conectaran de nuevo a sentir la vida palpitar en nuestros corazones. Eso es la enfermedad física, mental o emocional: la desconexión con la vida, y la vida, es la llama divina que eres tú experimentándose en su propia creatividad. La vida se nutre de nuestros sueños, ilusiones, pasiones, es ahí que cobra sentido y vibramos en salud.
Se volvió «normal» estar mal, estar desconectado, sufrir, no saber meditar, no tener una relación íntima con uno mismo, no querer saber qué emociones y conflictos causan mi desconexión. Se volvió normal ir al médico especialista para que te cuenten que a todos les pasa lo mismo, por tanto, eres normal, todo está bien, lo mejor es medicarte y dejarte tal cual estabas. Te acostumbras a creer que unas pastillas te van a curar, cuando dentro de ti está la farmacia con tu medicina y la dosis perfecta, porque tu cuerpo sabe qué te pasa, por qué falla y qué necesita ser eliminado del sistema en conciencia.
Caroline Myss siempre dice que necesitamos recuperar nuestro lenguaje sagrado para sanar, y es cierto, mejor dicho, es VERDAD. El lenguaje sagrado da paz, entendimiento, te acerca de nuevo a tu esencia, te conecta fácilmente al amor, a ese hilo que te lleva directo a la conexión del alma al Divino. Nadie duda jamás de lo que dices cuando escuchan desde el lenguaje sagrado la luz y verdad de la solución a su camino. Aquellos que hablan conectados a la vibración de la Verdad, instantáneamente abren portales en el tiempo y espacio para unir tus pedazos y hacerte comprender dónde enfocarte para sentir de nuevo la completitud y sacar la fuerza para corregir y construir la nueva vida que quieres.
Cuando vibras en el lenguaje sagrado, escuchas tu cuerpo, tu alma, tu esencia, el universo y la Fuente.
Cuanto más pasa el tiempo y estudio, más encuentro soluciones fáciles, simples, directas y eficaces para ayudar a sanar y comprender la lógica Divina. Porque cuanto más intentamos explicar la salud y espiritualidad con la lógica mental humana, más nos desconectamos de nuestro poder de estar perfectamente en salud y conectados a nuestra naturaleza divina, a recordar lo que realmente somos y para qué encarnamos.
Estamos en un momento único histórico donde se abren puertas de sabiduría para recuperar nuestro poder de saber y manifestar el pensamiento. Aquello que parece magia y una fantasía, hoy es un hecho, es factible, posible. Pero para la gran mayoría el problema es el de no creer en ello, en el propio poder, en que todo es posible. Nuestra mente, nuestras creencias, nuestros miedos nos impiden desarrollar nuestro poder y mantenernos en nuestro centro, en equilibrio y abiertos a dar y recibir por igual.
Sobrevivir nos desconecta de la verdad, de nuestra luz, de nuestra identidad, de nuestra libertad. Nos hace esclavos del sistema, de hábitos limitados, de la escasez. Nos volvemos individualistas, egoístas, mentirosos, vanidosos, agresivos, competitivos….y con miedo de perderlo todo. Pero ese miedo, a veces, es la oportunidad para que realmente lo pierdas todo y recuperes tu poder de creación y conexión con tu luz propia, con tu potencial, con tu libertad. Por el miedo a perderlo todo, embargamos la vida y dejamos de vivirla, y de alguna manera, damos nuestro poder a otros.
Somos poderosos, sobre todo cuando pedimos ayuda para sanar. Nace en nosotros esa valentía de pedir ayuda para aliviar ese peso, esa carga que es estar desconectado del propio poder y conocimiento de que eres un Ser Divino. Llega el alivio cuando escuchas en otro tu voz que te susurra con amor que estás de nuevo en el camino correcto, que estás en casa, que confíes y te relajes para que puedas cambiar el enfoque de tu vida de abajo a arriba hacia arriba a abajo. En el fondo, buscamos volver a ser guiados como un niño que explora la vida de la mano de su madre, amado, protegido, respetado, valorado y comprendido para sanar.
En el sanar está perdonarnos, aceptarnos, entendernos, descubrirnos, liberarnos y desapegarnos del pasado y todo aquello que nos ancla a algo o alguien, para trascenderlo todo y hacer de nosotros un ser más sabio y único. Toda experiencia es importante en la vida, existe para que descubras cómo desarrollarte y como inventarte cada día algo nuevo de ti.
Cuando perdemos la conexión con nosotros mismos, con nuestra vida, hay que buscar la solución más simple y directa, que para cada uno, es una llave única. La re-conexión de nuestro corazón recupera la energía de nuestra vida, la frecuencia de la magia y gracia. Dentro de esas dos energías está el resto y va solo. Es así de simple, lo creas o no.
En tu camino, cuando pidas ayuda en tus oraciones que siempre son escuchadas, encontrarás «como por arte de magia» la llave que te llevará a conectarte y aliviarte. Esa paz que se siente cuando te entregas y ya estás reconectado, es el 99% del trabajo de sanación: darte cuenta de tu poder.
Este es el alivio de saber: soltarlo todo para conectar con la simplicidad de vivirlo todo, sentir cada segundo de la vida vibrar en ti, crear e inventar, atreverte a ser tú, vivir sin tiempo en el tiempo, no creerte nada salvo que eres capaz de todo, entregarte y abrirte a recibir. Simplemente, cada día, escoge vivir tus sueños.
Proceso de sanación: Tómate un TIEMPO de lectura por los artículos relacionados con SANAR. Repasa un poco aquellos temas imprescindibles en este proceso en el que te encuentras o del que quieres saber más en profundidad.
Sanar es sagrado, es un camino maravilloso aunque a veces difícil, pero si conoces más sobre lo que significa el proceso de sanación, verás cómo cambia tu vida y las creencias al respecto.
Hay muchos caminos, terapias y procesos, todos válidos siempre y cuando te tomes el TIEMPO de procesarlos, vivirlos e integrarlos.
¡Feliz sanación!
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