Cada vez se habla más abiertamente sobre experiencias cercanas a la muerte (ecm, nde en inglés). Sin tabú, sin prejuicios, sin miedo a que te llamen loco. Hoy encuentras congresos, libros y documentales que tratan el tema con detalle y respeto porque hay especialistas que se dedican a estudiarlo.
Cada vez hay más terapeutas y médicos sensibles que se atreven a tocar el tema desde la parte más científica, dándole el valor que merece y estudiando los cambios y beneficios que generan en las personas que han pasado por estas experiencias.
Acabo de terminar el primer curso que se hace sobre ecm en el Monroe Institute. Mi interés por la sabiduría y trascendencia que te da la muerte en vida me llevó a venirme estos días y explorar cómo lo presentan aquí. Salgo feliz.
Creo que la muerte es la puerta a la total dimensión del Ser, la vuelta a casa. Volvemos a estar en nuestro estado original, a ser Amor sin un sistema de creencias de por medio, sin identificarnos con una profesión, cuerpo o ideas, y a ver desde una perspectiva libre toda una experiencia de vida que hemos creado.
Nos cuesta mucho vivir creyendo que somos co-creadores, que manifestamos lo que pensamos, que somos libres de decidir cómo queremos vivir, que podemos cambiar todo lo que somos y hacemos, que hay más de una vida, etc…
Estamos condicionados, limitados y guiados por un sistema de creencias y colectivo casi impuesto (familia, educación, sociedad…) y una historia sobre nosotros mismos que influye en la percepción de nuestra vida, alejándonos cada vez más de nuestra verdad, desconectándonos de nuestro centro y claridad de nuestro sueño o misión, al punto que terminamos por creernos que la vida es otra cosa de la que realmente es y perdemos el tiempo en lo que al final, no sirve para evolucionar y sacar experiencia.
En los varios artículos en los que hablo de la muerte en el blog, me enfoco en la belleza de saber que existe la muerte como una alerta-oportunidad para aprender a vivir en plenitud. La mayoría de las personas ven la muerte como algo negativo, triste, algunos temen la muerte, otros evitan hablar del tema. Este condicionamiento se aprende de personas que han tenido traumas a su alrededor, de la religión, de historias personales vividas con dificultad y miedo. Pero nada de eso es la muerte. Y el problema es la palabra muerte que está cargada de una energía negativa, triste, de pérdida irreversible, de abandono, de culpa, de dolor…de tantos siglos usándola desde el miedo al más allá.
En muchas culturas orientales, por ejemplo, la muerte es sinónimo de vida, y sobre todo, la oportunidad de volver reencarnado para seguir aprendiendo y evolucionando. (Los primeros cristianos también «creían» en la reencarnación, hasta que en el año 543…..Justiniano decidió eliminarlo de los evangelios). Antes o después, volveremos a abrirnos a la vida en el más allá con la claridad y conocimiento que siempre se ha tenido en todas las culturas más antiguas. ¡Parece mentira que seguimos en la oscuridad!
Volviendo al tema del artículo, las experiencias cercanas a la muerte empiezan a abrir gran debate entre científicos y aquellos que investigan en el misterio de la vida. Descubrimientos sobre curaciones de enfermedades instantáneas y sanaciones espirituales profundas que tienen personas en hospitales, dan nuevo conocimiento médico y están cambiando la manera de entender el cuerpo humano y las enfermedades. La gran mayoría tienen experiencias fascinantes, y muy pocos lo cuentan como una experiencia negativa.
La gran mayoría de personas vuelven a la vida con nuevo potencial, hablan otros idiomas antes desconocidos para ellos, recuerdan otras vidas, se encuentran con seres queridos, viajan por el Universo, tienen grandes revelaciones, poderes sobrenaturales, y otras tantas cosas más.
Pero una cosa les acomuna: vuelven sintiendo un amor incondicional, un amor de compasión inefable que les cambia radicalmente la vida. Todos vuelven diciendo lo mismo: somos Amor infinito. Sólo hay amor al otro lado. Y lo único que importa es amar a los demás, la relación de dar que tenemos con los otros. Importa aquello que haces por amor y con amor, las cosas pequeñas. El resto, no sirve. Todos vuelven sabiendo que somos más que un cuerpo físico, que existe la vida más allá, que estamos siempre conectados, que somos amados. Todos pierden el miedo a morir y a vivir. Todos vuelven diciendo que comprenden el sentido de la vida, por eso, la cambian radicalmente.
En las experiencias cercanas a la muerte, la gran mayoría es consciente de que está fuera del cuerpo, cuentan lo que pasa alrededor de sus cuerpos muertos (no les da miedo verse fuera sabiendo que han dejado el cuerpo), escuchan los pensamientos de los que están a su alrededor, viajan con el pensamiento a cualquier lugar que deseen, se encuentran con seres queridos ya fallecidos, con seres de luz, tienen un detallado repaso de su vida, comprenden más allá las situaciones clave de la vida porque no tienen el sistema de creencias mental que impide ver la realidad sin filtros.
Vuelven con una plena consciencia de lo que somos: seres de luz experimentando en cuerpos físicos nuestra esencia de Amor puro y lo olvidamos al nacer. Todo lo que vivimos aquí es como un sueño. Experimentamos el dolor, el sufrimiento, la tristeza, la alegría, la pasión, el placer, etc. Olvidamos ser auténticos. Genuinos. Nosotros mismos. Y la vida va de eso: ser tú mismo, ser libre de amar, ayudar a otros, amar en todas las formas, experimentarte. La vida es jugar a experimentar todo lo que puedas para tener tu propia definición, punto de vista y comprensión de la vida a través de elecciones y decisiones.
Aprehender de estas experiencias es recordar nuestra naturaleza, la verdad detrás del velo de la muerte. Aquellos que vuelven recordando viven en un estado de felicidad plena, han perdonado todo, viven sin miedo, están conectados a su espíritu, a la Fuente Divina. Este «estado», es realmente vivir desde lo que somos y sabiendo para lo que hemos venido a experimentar.
Estoy segura que no hace falta una ecm para recuperar esa sabiduría, sino que hay que vivir en la Verdad de lo que somos: el amor. También estoy segura que si hubiera más gente consciente de lo que realmente somos, no existiría la guerra, la maldad, la manipulación y abuso de unos a otros. Viviríamos en un paraíso de Amor, evolucionando desde los poderes sobrehumanos en una civilización divina y sin enfermedades, viviendo tranquilamente hasta mil años!
Se puede sanar a la humanidad con simplemente devolver al ser humano la verdad del conocimiento-consciencia de lo que somos. Así de simple.
La muerte es la oportunidad para volver al origen, de acercarse a lo Divino que somos y sentir que ahí pertenecemos. Es decir, dejar una vida es llevarte la experiencia de vuelta a casa para escoger otra experiencia desde otra perspectiva y aspecto de tu esencia y desarrollarla en sabiduría, no solo para ti sino para la consciencia del Universo, el campo que está uniendo todas las consciencias que crean.
Todos tus retos en la vida son un regalo evolutivo. Esconden sorpresas que te acercan a recordar quién eres.
En la última meditación de 30 min que tuve en el curso del Monroe, tuve una regresión de 10 min, pero que fue toda una existencia. El tema era explorar el súper amor. No sabía qué esperarme, asi que pensé, vamos a disfrutarla que es la última del viaje, y sólo pregunté… ¿pero esto del súper amor qué es, es de coña?…. y zaaaaaaaas, sentí el amor más puro hacia los animales cuando los acaricio, me ví en los brazos de mi madre al nacer, ví el momento de mi concepción (y le dije a mi padre «lo siento no quería interrumpir pero me trajeron por aquí»).
Sentí que volaba hacia atrás como succionada, vi a Jesús cuando relataba sus parábolas en el campo y amaba a sus hermanos llenándolos de un Amor indescriptible. Sentí su corazón expandirse más allá del Universo. A un cierto punto me encontré delante con la luz más llena de ternura para mí diciéndome:
-el Amor es lo que Dios siente cuando crea un ser divino.
Contesté con una cierta tristeza: lo entiendo pero no lo puedo sentir.
-Tu corazón es aún pequeño, pero para eso sirve la muerte, para ir creciendo en el Amor en cada experiencia de vida. Cada vez, estás más cerca de mí. Hasta que vuelvas a mí.
Volví flotando, agradecida por la vida y por todo lo que he vivido y como lo he vivido. Agradecida por aquellos que han compartido vida y experiencias importantes a mi lado.
Agradecida por el curso, amé estar en el Monroe con compañeros maravillosos con los que puedes hablar abiertamente y profundizar más aún.
Agradecida por haber tenido dos instructores tan bien preparados y con tantas ganas de aportar al mundo su sabiduría y experiencias: la Dra. Laurin Bellg (tiene un libro publicado sobre experiencias cercanas a la muerte en la UCI ) y Fred Rible.
Agradecida, feliz y llena de ganas de seguir aportando y compartiendo con todos más y más sabiduría. Agradecida porque cada día siento que puedo acompañar a aquellos que vienen a terapia a encontrar el camino de su alma.
Puedes descargarte algunos libros sobre vida después de la vida en la página de la Biblioteca virtual.
Disfruta de algunos vídeos de experiencias reales.