La ciudad sagrada de Caral fue una metrópoli en el desierto peruano que floreció hace 5,000 años. Antes de que se construyeran las grandes pirámides de Giza, Caral era una ciudadela próspera con más de 20,000 habitantes. No se han encontrado rastros de almenas, armas, fortificaciones, muros para mantener a raya a los enemigos, cuerpos mutilados u otra evidencia de guerra en Caral. El chamán o sacerdote conjuró una civilización dedicada al placer, el arte, la sabiduría, el comercio y la adoración. Los habitantes de Caral eran poetas y músicos. Vivieron un sueño de relaciones pacíficas y rentables con sus vecinos.

La Civilización Caral se originó en el continente americano casi en simultáneo con las del viejo mundo: Mesopotamia, Egipto, India y China.

Fue allí donde se inició con la construcción de nuevos centros urbanos de gran extensión en los cuales se edificaba importantes plazas circulares y recintos públicos hechos de forma piramidal que servían como centros ceremoniales.

Civilizaciones como esta desaparecieron cuando otras las conquistaron para establecer el poder a todo nivel, generando así invasiones, abuso, escasez y guerras, rompiendo con la armonía de los ciclos y el equilibrio entre la Naturaleza y el ser humano.

Han existido civilizaciones que han vivido en completa y plena armonía durante miles de años. Dedicados a evolucionar en el arte de crear belleza y materializar el sueño sagrado para todos, vivían unidos y en comunión.

¿Qué ha pasado que vivimos en una civilización que se cree superior y moderna a las antiguas pero completamente individualista y separada de la comunión con la Naturaleza y la belleza común y para todos? El flujo evolutivo cambió de dirección. Del este al oeste.

Perdimos el sentido de unión para compartir la mejor versión de cada uno y así crear la mejor versión de línea evolutiva, o sea, el sueño sagrado. Lo sientes como un anhelo en tu corazón.

El sueño sagrado es un mapa del futuro, pero no tiene caminos que pueda seguir y no tiene otros senderos que los que usted mismo haya trazado. Es efímero, cambia a cada instante y te sorprende a cada paso, como en un sueño.
Los hombres y mujeres que sirven y protegen este sueño sagrado son conocidos como guerreros luminosos. No tienen enemigos en este mundo ni en el próximo. Sus recursos son vastos. El sueño sagrado revela el orden implicado del universo.
El significado y el propósito surgieron naturalmente en sus corazones porque entendieron que eran parte de un plan mucho más grande que ellos.
A cada uno de nosotros se le da un fragmento del sueño sagrado para sostener y expresar a nuestra manera. Cuando olvidamos que llevamos una parte esencial y necesaria del sueño sagrado, nuestras vidas comienzan a desordenarse, nuestros sueños personales se convierten en pesadillas y nuestras vidas descienden al caos.

Alberto Villoldo

Cuando empiezas a sentir ese anhelo de cambios en el corazón y sientes esa fuerza para empezar a darle a tu vida un giro de 360º, es que estás preparado para entrar en el camino de tu sueño sagrado que te alienta a explorar los misterios de la vida y del amor, a vislumbrar una realidad más allá de la muerte y a descubrir tu verdad para expresarte en ella.

Este camino exige que actúes con valentía porque este cambio lo sabes sólo tú. Sientes que si lo cuentas, los demás te van a impedir dar el salto. Nadie puede ser parte del proceso de tu cambio, pero todos serán parte más adelante de alguna manera u otra.

¿Cómo sabes cuándo has encontrado un sueño sagrado?

 Porque es mucho más grande que tú y se siente imposible lograr todo lo que esperas lograr. Un sueño sagrado te lanza en una misión, como lo hizo con Martin Luther King Jr. y Mahatma Gandhi. «Pero yo no soy Gandhi», se podría decir. Es cierto que no tiene que establecer una meta para llevar a un billón de personas a la libertad. Pero, ¿qué pasa si tu destino es hacer algo mucho más grande de lo que has imaginado hasta este momento?

Cuando encuentras tu sueño sagrado, el poder creativo del universo, conocido por los chamanes como Ti (Luz primordial): se pone a tu disposición para crear belleza en el mundo y para curarte a ti mismo y a los demás. Como los chamanes de los Andes, los Laika, te conviertes en un guerrero luminoso. Vives sin miedo, conoces la respuesta a “¿Quién soy yo?” Y conoces los caminos más allá de la muerte hasta el infinito. Te atreves a decir las verdades incómodas, defender los valores universales que honran a toda la vida y realizar actos diarios de coraje.

Alberto Villoldo

Para llegar a este punto de claridad necesitamos estar en armonía con el Todo. Lo que en quechua llaman Ayni.

Soñar en sagrado significa desear para todos amor, libertad, prosperidad y todo lo bueno para el planeta. Ayni es armonía, reciprocidad. Yo doy y recibo por igual. Ser honestos, transparentes, impecables.

Ayni: Hoy para ti, mañana para mí.

Saber compartir la sabiduría, la propia abundancia es de seres avanzados que diríamos. No hay muchos porque vivimos en una sociedad egoísta, vanidosa, que reclama poder, fama, abuso, lucha, mentira, corrupción. Nada es gratis.

Pocas personas dan a cambio de nada, y si tienen el corazón limpio, el Universo se encarga de premiarles.

Pero para vivir tu sueño es necesario estar en armonía y reciprocidad con TODO. Es un camino sagrado, de luz, de aprendizajes que se comparten para que otros puedan encontrar su luz. No es fácil, como todo lo que se busca en esta sociedad frágil y efímera.

El sueño sagrado es real, contundente, pero necesita de un proceso de sanación de plena toma de consciencia, agradecimiento, humildad y generosidad. Es la fórmula Divina del Amor= tengo porque doy.

Cuando estamos en Ayni, entonces si, todo fluye y es fácil. La salud es plena, el conocimiento llega, la abundancia y prosperidad es el derecho por nacimiento y todo se multiplica cuando lo compartes. Ya no piensas en sanar sino en vivir en la plenitud y felicidad.

En su sentido más profundo, ayni significa compartir la generosidad de la Luz Primordial, que no tiene límites y no espera nada a cambio. Y aunque la sabiduría popular establece un mutualismo práctico entre las personas, su sentido más elevado es dar sin esperar nada a cambio.

Cuando alcanzamos ayni, el universo corresponde a cada una de nuestras acciones y refleja nuestra intención hacia nosotros, así como somos un espejo para los demás. En ayni, vivimos en sincronía.
Cuando estamos en ayni, estamos en una relación correcta con la naturaleza, y no tenemos que temerle.

Cuando estamos en ayni, estamos en casa en el exuberante jardín de lo divino. Es solo nuestra incapacidad para percibir que nos hace sentir marginados. Si queremos experimentar el paraíso, tenemos que sentirlo en cada célula y hueso de una manera sagrada.

Alberto Villoldo

Entrar en Ayni es el camino final del entendimiento del YOSOY, de la felicidad plena, de la comunión con la Vida.
Ayni te ofrece vivir desde la comprensión de lo que realmente es vivir, es el sentido de la vida misma. Y dentro al Ayni, empieza la semilla para el nuevo ser humano en este nuevo ciclo de la historia de la humanidad.

Como decía Ghandi, sé el cambio que quieres para el mundo.

Desde Enero 2022, estaré ofreciendo terapias para entrar en el camino del guerrero luminoso, para vivir en Ayni y empezar dentro del ciclo de la nueva historia, en tu sueño sagrado, para que cuantos más seamos, antes lleguemos al jardín de Eden compartiendo y sumando nuestras intenciones de vivir un mundo «perfectamente» alineado con la Divinidad que somos, en comunión con el Todo.

Somos creadores de vida, de grandes ideas, de sueños sagrados.

Somos capaces de cambiar civilizaciones de nuevo desde el flujo correcto, del oeste al este. Es tiempo de hacerlo.

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